Trabajo número 2 (López Javier)

Diferenciar la ética en todos los niveles de la organización para una mejor integración del profesional.




Hay asuntos organizacionales en los que una decisión es condicionada principalmente por los criterios éticos, y ello ha impulsado las investigaciones y análisis acerca de si es posible formular normas universales de conducta que permitan determinar cuando una decisión es mejor o peor que otras posibles soluciones. Más que una moda, la ética es en la actividad empresarial, para cualquier organización, una necesidad, una exigencia que se hace más apremiante conforme crece la complejidad del tejido social.

El tema de la ética en la mayoría de las empresas en la actualidad, más que un asunto de principios igualmente es de naturaleza estratégica, porque se vincula con la sobrevivencia de las mismas, y con la convivencia de las personas que trabajan en ellas.
Así mismo, el fin de las organizaciones guarda un fin social, porque toda organización se crea para proporcionar unos bienes o servicios, en virtud de los cuales queda legitimada su existencia ante la sociedad, y éste es un punto central en la elaboración de un código ético.

Afirma Cortina (1998) que las organizaciones han de proporcionar unos bienes a la sociedad para ser aceptados por ella; lógicamente, en el caso de no producirlos, la sociedad tiene derecho a reclamarlos, y por último deslegitimarlas. Estos bienes se obtienen desarrollando determinadas actividades cooperativas. Y aquí conviene recordar la distinción entre los bienes internos a una actividad cooperativa y los que son externos a ella.



Refiere Cortina (1998), que para diseñar una ética de las organizaciones sería necesario recorrer los siguientes pasos: determinar claramente el fin específico, el bien interno a la actividad que le corresponde y por el que cobra su legitimidad social; luego, averiguar cuáles son los medios adecuados para producir ese bien y qué valores es preciso incorporar para alcanzarlo; seguidamente, indagar qué hábitos han de ir adquiriendo la organización en su conjunto y los miembros que la componen para incorporar esos valores e ir forjándose en un carácter que les permita deliberar y tomar decisiones acertadas en relación con la meta.

Asimismo, es necesario discernir qué relación debe existir con las distintas actividades y organizaciones, así como también entre los bienes internos y externos a ellas; y por último, determinar cuáles son los valores de la moral cívica de la sociedad en la que se inscribe; después es necesario saber qué derechos reconoce esa sociedad a las personas. Es decir, cuál es la conciencia moral alcanzada por la sociedad.

Además se plantea cómo la distinción entre la racionalidad comunicativa y estratégica será de gran interés a la hora de construir una ética de la empresa; porque tradicionalmente se suele entender a la empresa como regida por una racionalidad estratégica, dirigida a obtener el máximo beneficio, mientras que el momento moral es el de racionalidad comunicativa, apareciendo entonces, empresa y ética como aparentemente incompatibles.


Sin embargo, para Cortina (1998), cualquier ética aplicada (también empresarial) debe recurrir a estos dos tipos de racionalidad, porque ha de contar a la vez con estrategias y a su vez con una comunicación que le permita interactuar con interlocutores validos (clientes externos e internos).


Institucionalización de la ética


Para hacer valida la ética en la organización y tener las bases que se deben cumplir por todos los integrantes pertenecientes a esta, se debe institucionalizar la ética en un nivel estrictamente laboral;  Cuando hablamos de institucionalización de la ética empresarial nos referimos a los mecanismos objetivos (códigos, documentos formales, programas de formación, comités específicos, asesorías, procedimientos documentados de decisión, sistemas de gestión, entre otros) mediante los que se trata de hacer efectivos los valores o principios éticos de una organización. Tanto los fundamentos como los valores, normas o principios que una ética empresarial pudiera proponer estarán dirigidos a la organización, y en consecuencia han de adoptar una forma que tenga sentido y sea eficaz en términos organizativos. Mientras la ética individual parte de los datos científicos y filosóficos disponibles sobre el carácter y la naturaleza del ser humano individual, la ética empresarial deberá contar con el conocimiento disponible sobre las organizaciones: su naturaleza y estructura, el tipo de racionalidad característico, las formas de relación que establecen (poder, dependencia, conflicto, competencia, entre otros), su evolución y funcionamiento, entre otros. Mientras la ética individual apela a la conciencia o a la razón de cada persona, la ética de las organizaciones ha de apelar al equivalente organizativo, que son los procesos que determinan las decisiones y comportamiento de las organizaciones.



Principios y Normas de la Ética 



Una conducta éticamente correcta en los negocios tiene que ver con los medios elegidos para conseguir el bien de la empresa, con el objetivo de que los miembros de la organización, empleadores y trabajadores, y de la sociedad alcancen su plenitud. Ser bueno con los trabajadores, en el medio ambiente y con la comunidad en la que se vive, hace que la empresa sea más responsable ante los ojos de la opinión pública.

El mundo actual presenta numerosos retos para las empresas, nuestra sociedad ha mejorado en técnicas de gestión, ha mejorado el entramado legal e institucional en las que se desenvuelve la actividad económica y desarrollado las capacidades de conocimiento de directivos y empleados. Aún así, con mejor tecnología, mercados abiertos, profesionales más competentes y entornos más favorables, los problemas continúan surgiendo.

Las claves de estos problemas parecen estar no en los aspectos técnico – económicos y políticos, si no en la calidad moral de las personas y su capacidad para hacer de las organizaciones que dirigen o en las que trabajan lugares donde la ética esté presente, orientando toda su labor.

La ética es totalmente necesaria, no para ser una buena persona, si no para ser un buen profesional; si no se es ético, no se puede ser un buen directivo.
Ser ético no consiste, en procurar no obtener beneficios o en pagar altos salarios, tampoco en aplicar reglas del tipo “esto no se puede hacer” y “aquello no se puede”. Sin dudas hay normas en la ética. Ser ético no consiste en cumplir la ley. Cumplir la ley es, un deber ético.

La ética se refiere entonces a las relaciones humanas. Estas se pueden dividir en tres tipos: personal, interpersonal, y social, cada uno presenta sus propios principios.
El ejercicio profesional en términos generales significa establecer relacionamiento de tipo interpersonal y sus principios básicos son: Beneficencia, Autonomía y Equidad. Mientras que las normas éticas se refieren a la confidencialidad, veracidad y fidelidad.
Los principios son las señales que indican por donde conducirnos en el actuar concreto, se pueden definir como imperativos formales que expresan como se defiende el valor supremo.

Beneficencia, éste principio nos indica entonces el imperativo de hacer el bien a todos.
Según Kant, la autonomía, es la capacidad del sujeto de gobernarse por una norma que él mismo acepta como tal sin coerción externa. Por el hecho de autogobernarse el hombre es siempre un fin.

En nuestro actuar profesional el respetar las decisiones del otro significa obtener consentimiento antes de actuar.

Equidad, se refiere al principio general de justicia aplicado a las relaciones interpersonales. A su vez de este se desprenden dos principios:
1) Igualdad de libertades básicas individuales en un esquema compatible con el esquema compatible de libertades para todos.
2) Las desigualdades sociales e económicas deben: estar asociadas a cargos y posiciones abiertos a todos en igualdad de oportunidades.

Los principios éticos no prevalecen unos sobre otros, si no que es a través del equilibrio de los tres que se resuelven los problemas éticos a los cuales debemos incorporarles las normas éticas y los sujetos deben incorporarlos a su práctica.








Las normas, son reglas que se deben seguir o las que se deban ajustar las conductas, tareas, actividades, etc., según el Diccionario de la Real Academia Española.
Las normas éticas fundamentales son: confidencialidad, veracidad y fidelidad.

La confidencialidad o secreto profesional se remonta al año V a C.. las primeras menciones formales referentes al secreto profesional se formulan dentro del ejercicio de la medicina por Percival en 1803, posteriormente otros códigos de la medicina cuentan con normas explícitas referidas a la confidencialidad, sin presentar mayores modificaciones en su mención.

En la actualidad todas las profesiones constituyen de diferente manera y en forma continua el derecho de las personas a la confidencialidad de aquellas informaciones obtenidas a lo largo de la relación con un profesional.

Veracidad, se refiere a estar en concordancia con los principios de autonomía y de beneficencia, es así que es discutible señalar de inmortal en aquellos casos que el engaño es imprescindible para lograr el bien de una persona.
Por último, fidelidad, se puede entender al mismo tiempo como una virtud y una norma, desde esta acepción responde a la definición como la obligación que se asume al haber aceptado un acuerdo.

En el contexto actual se requiere que los profesionales de las empresas y organizaciones practiquen la responsabilidad social y sean éticos para afrontar la crisis de legitimidad que vivimos. 

Niveles de la Ética en la Organización.

El propósito ética diferenciada por distintos niveles en áreas de la organización, está en determinar la necesidad de establecer mecanismos o sistemas de gestión ética empresarial, para la administración del talento humano y de esta manera desarrollar el bien común en las organizaciones modernas, considerándose esto como un reto fundamental para las organizaciones del siglo XXI, trátese de empresas de propiedad privada, pública, sin fines de lucro, organizaciones no gubernamentales, debido a los cambios en los patrones de gerenciar las compañías a nivel mundial, referidos al auge de la ética y la responsabilidad social. La metodología que se utilizó fue de carácter documental y descriptivo, consultándose las teorías de Cortina y Martínez (2008), García (2009), Argandoña (2003), Guillen (2008) y Debeljuh (2009) en relación a la gestión ética; así como a Montuschi (2007) y De Aquino (1969) para la variable bien común; por último, se estudió a García (2003) en lo que a talento humano se refiere.














DILEMAS ETICOS EN LAS ORGANIZACIONES

¿Qué son los dilemas éticos ?


Un dilema ético es una narración breve, a modo de historia, en la que se plantea una situación posible en el ámbito de la realidad pero conflictiva a nivel moral, y se solicita de los oyentes o bien una solución razonada del conflicto, o un análisis de la solución elegida por el sujeto protagonista de la historia. Por regla general la situación se presenta como una elección disyuntiva: el sujeto protagonista se encuentra ante una situación decisiva ante la cual sólo existen dos, y nada más que dos, opciones (A) ó (B), siendo ambas soluciones igualmente factibles y defendibles. El individuo se encuentra, pues, ante una verdadera e inevitable situación conflictiva, en la cual se pueden presentar muchos cuestionamientos antes de una elección.

Cada acción o decisión gerencial contiene – implícito o explícito – un problema ético, en tanto y cuanto los resultados tendrán impactos favorables y desfavorables en los miembros de la organización o en los grupos relacionados externos y cuyos serán afectados. Los aspectos humanos de la gestión son los más sensibles, por lo cual es necesario el análisis de las consecuencias probables, además de los estudios legales, financieros y organizacionales que son de práctica. LaRue Tone Hosmer, dicta Estrategia Corporativa en la Escuela de Administración de Negocios en la Universidad de Michigan (U.S.A) y autor del libro, The ethics of management propone un análisis sistemático para la resolución de los problemas éticos en la administración de los recursos humanos. El análisis comienza en el detenido examen del contenido de la decisión o acción que creará beneficios definidos y ayudará a determinados grupos o individuos, pero que podrá causar efectos no deseados, daño y perjuicios a otras personas y grupos. Este dilema está integrado por cinco elementos: Aspectos Financieros, Normas Legales, Contexto Organizacional, Entorno Social e Impacto en lo personal. Dichos elementos, que no tienen respuesta única, muestran la dificultad para tomar una decisión, ya que de por sí los datos obtenidos no son comparables entre sí y tienen sus propios métodos y medidas para evaluar sus efectos. Por un lado los datos financieros y legales pueden expresarse en forma cuantitativa; mientras que las consecuencias en la organización, en el entorno social y el impacto en lo personal sólo puede considerarse cualitativamente. Es difícil combinar ambos grupos que tienden más bien a ser conflictivos. Las acciones que producen consecuencias adversas en los integrantes de la organización o entre los miembros de la sociedad, a menudo producen buenos resultados financieros para los accionistas. Es sabido que las reducciones en la dotación mejoran los ingresos. Esta correlación negativa justifica la necesidad del análisis ético en la gerencia de recursos humanos. Para ello existen dos caminos: Normas morales de conducta y Sistemas éticos de creencias. Las normas morales de conducta fundamentan el modo en que creemos debemos actuar frente a situaciones determinadas. Se consideran subjetivas, imprecisas y variables según las personas. 

Otros autores sostienen que el carácter personal es una de las claves para los altos niveles éticos en los negocios. Se ha observado una estrecha conexión entre el carácter personal y el sistema de creencias o valores. Cuando se presentan situaciones que configuran un dilema ético, los gerentes y los empleados necesitan un conjunto de directivas que puedan orientarlos en la toma de decisiones. Con ellas podrán identificar y analizar la naturaleza del problema y decidir cual podrá ser el curso de acción que probablemente ofrezca la solución más favorable a las normas morales aceptadas y vigentes en la comunidad de negocios. En general se mencionan tres enfoques: a) utilitario, b) legitimidad o de los derechos, c) justicia. El utilitario juzga el efecto de las decisiones y conductas sobre otras refiriéndose al análisis costo – beneficio.

Si el beneficio supera los costos, la acción es éticamente aceptable porque produce el mayor beneficio para el mayor número. Si resulta a la inversa, no se considera ética, porque es mayor al daño que el beneficio obtenido. El criterio de legitimidad procura el reconocimiento de los derechos humanos fundamentales. Las decisiones han de ser consistentes con las libertades fundamentales y los derechos establecidos en la legislación. Un tercer método del razonamiento ético se refiere a que la justicia existe cuando hay una distribución imparcial y equitativa de costos y beneficios entre individuos y grupos. 

Aspectos ético-legales del Relacionista Industrial



La especialidad de Relaciones Industriales ha atravesado una serie de etapas y/o momentos históricos que le han permitido consolidarse como una disciplina profesional que engloba una matriz de conocimientos que le es propia, lo que hace pensar en la necesidad de su consolidación definitiva, la cual viene dada por la evolución en su conceptualización y la elaboración de algunas herramientas que incluyan y aclaren el perfil u orientación de los profesionales del área, como lo podría ser una Ley de Ejercicio Profesional, donde se reconozca, a través de los mecanismos legales necesarios, su objetivo en la sociedad venezolana.

El Licenciado en Relaciones Industriales cuenta con un reglamento propio sobre su ejercicio Profesional en el Territorio Venezolano, ésta ley se conoce como ''LEY DEL EJERCICIO DE LA PROFESIÓN DE LICENCIADOS EN RELACIONES INDUSTRIALES Y RECURSOS HUMANOS'', haciendo una precisa referencia de la importancia moral que el perfil del profesional debe de cumplir, tal como lo menciona en su primer articulo.

Artículo 1. E1 ejercicio de la profesión de Licenciados en Relaciones Industriales y Recursos Humanos se regirá por la presente Ley, su Reglamento y el Código de Ética Profesional que dictare la Federación Venezolana de Colegios de Licenciados en Relaciones Industriales y Recursos Humanos.
Javier E. López.

6 comentarios:

  1. Muchas gracias por la info, me ayudó muchísimo

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  2. muy interesante, explica claramente que lo que se pretende con la inclusión de normas y códigos éticos es modificar y establecer un patrón de comportamiento entre los empleados.

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  3. Bastante especifica y clara la informacion sobre todo los codigos de etica

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  4. Claramente especificados los códigos éticos dentro de una organización, gratificante trabajo.

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